martes, 17 de marzo de 2009

INSPIRACIÓN: OSCAR WILDE

Cuando la gente está de acuerdo conmigo siempre siento que debo estar equivocado.

La experiencia no tiene valor ético alguno, es simplemente el nombre que damos a nuestros errores.

Los hombres casados son horriblemente aburridos cuando son buenos maridos, e insoportablemente presumidos cuando no lo son.

Es terriblemente triste eso de que el talento dure más que la belleza.

La tragedia de la vejez no es que uno sea viejo, sino que uno es joven.

Los solteros ricos deberían pagar más impuestos. No es justo que unos sean más felices que otros.

Cualquiera puede simpatizar con las penas de un amigo, simpatizar con sus éxitos requiere una naturaleza delicadísima.

No soy tan joven como para saberlo todo.

Escojo a mis amigos por su buena apariencia, a mis conocidos por su carácter y a mis enemigos por su razón.

La educación es algo admirable, sin embargo, es bueno recordar, que nada que valga la pena se puede enseñar.

Para la mayoría de nosotros, la vida verdadera es la vida que no llevamos.

La única cosa seria es la pasión, no la inteligencia.

Los grandes lujos sólo pueden permitirselos quienes tienen grandes deudas.

La moralidad es simplemente una actitud que adoptamos hacia las personas que personalmente no nos gustan.

Las tragedias de los otros son siempre de una banalidad desesperante.

La gente enseña para disimular su ignorancia, lo mismo que sonríe para ocultar sus lágrimas.

La belleza es muy superior al genio. No necesita explicación.

La mentira, es decir, el relato de las bellas cosas falsas, constituye el fin mismo del arte.

Lo único capaz de consolar a un hombre por las estupideces que hace, es el orgullo que le proporciona hacerlas.

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